Gazzanniga y Arnau Martínez durante el primer partido de la temporada en Montilivi. Foto: Álex Caparrós
Un Girona sin un futuro claro es el que se está viendo en este inicio de temporada. La mala gestión deportiva unido a los pésimos resultados en este arranque liguero, hace que Michel se plantee que Girona va a poder construir con lo que tiene.
Tras encajar dos goleadas consecutivas (1-3 frente al Rayo y un estrepitoso 0-5 ante el Villarreal), el equipo se encuentra en una crisis de resultados e imagen: ocupa el farolillo rojo de LaLiga, el vestuario está tenso y el técnico Míchel ve cómo su prestigio empieza a resquebrajarse, pese al respaldo aún vigente en su contrato hasta 2026.
Mercado en punto muerto
El mercado de fichajes de verano es fundamental para levantar al Girona… pero todo está en el aire. La dirección deportiva, liderada por Quique Cárcel, trabaja bajo presión intentando cuadrar opciones accesibles dentro de los ajustes salariales que impone la directriz del club: buscan mejoras, pero de manera realista y sin malvender, conscientes de que la capacidad económica limita sus movimientos.
Una de las salidas que podría desbloquear recursos es la de Miguel Gutiérrez, cuya marcha al Nápoles por unos 18 millones de euros (cuyos beneficios se repartirían con el Real Madrid) significa un ingreso necesario. Sin embargo, el club aún no ha concretado ningún refuerzo de peso: se negocia con Marsella el fichaje del centrocampista Azzedine Ounahi, cuya valoración se sitúa entre 8 y 10 M€, muy por encima de las ofertas gerundenses. Además, el interés en un “nuevo Dovbyk”, como el delantero ucraniano Vladyslav Vanat, ha despertado esperanzas, con una oferta ya presentada aunque aún lejos de requerimientos.
¿Quiénes podrían salir?
Para colmo, la posible venta de antecedentes clave, como el central Ladislav Krejci (rumoreado rumbo al Wolves por unos 30 M€), amenaza con dejar aún más vacía la columna vertebral del equipo. Sin alternativas claras y sin refuerzos confirmados, el Girona afronta un horizonte plagado de incógnitas.
Temporada a sobrevivir
En cuanto al proyecto deportivo, se vislumbra una campaña de supervivencia. El objetivo pragmático no puede ser otro que la permanencia, no competir por Europa como hace solo una temporada. La defensa es la zona más frágil: es la quinta que más goles ha encajado hasta ahora, lo que subraya la urgencia de firmar un central que refuerce la retaguardia.
El Girona atraviesa un momento crítico: sin fichajes confirmados, con la amenaza de ventas importantes y con un inicio de campaña desastroso, el club vive en vilo. Quique Cárcel y Míchel trabajan con limitaciones reales, intentando equilibrar la plantilla mientras evitan deshacer el bloque. El cierre del mercado se acerca y, sin refuerzos de peso, el reto de salvar la categoría se hace mayúsculo.
