El Valencia CF afronta momentos difíciles cada vez que se cruza con el FC Barcelona. En sus tres últimos enfrentamientos oficiales los resultados han sido demoledores para el conjunto valencianista, que no ha encontrado forma de frenar al equipo azulgrana.
El más reciente de esos partidos ocurrió este fin de semana en el Estadi Johan Cruyff, donde el Barcelona goleó al Valencia por 6-0. Fue una noche en la que el Barça desplegó un fútbol imponente, con goles de Fermín López, Raphinha y Robert Lewandowski, quienes firmaron sendos dobletes. El Valencia prácticamente no reaccionó, acusado de fragilidad en defensa y casi sin generar peligro.
Ese abultado marcador se suma a otros dos enfrentamientos previos que muestran una tendencia muy desfavorable para el conjunto valencianista. En enero de la pasada campaña, el Barcelona arrolló al Valencia con un contundente 7-1, evidenciando no solo superioridad ofensiva sino también debilidades estructurales en el rival. También, en otro choque en casa del Valencia, los blaugranas lograron imponerse por 2-1, con acciones decisivas en los minutos finales que dejaron al Valencia sin el premio de al menos empatar.
Estos resultados tienen varios puntos en común. En primer lugar la defensiva del Valencia ha sufrido mucho contra la presión alta, las transiciones rápidas y la variedad ofensiva del Barça. En segundo lugar la contundencia ofensiva del Barcelona ha sido abrumadora: cuando les alcanza con ocasiones claras, no fallan. Por último, en los momentos decisivos –transiciones, segundos tiempos–, el Barça ha sabido exprimir sus virtudes, mientras que el Valencia ha mostrado falta de reacción, errores de concentración y escasa profundidad ofensiva.
El Valencia CF afronta momentos difíciles. En estos tres encuentros no solo representan derrota tras derrota, sino una señal urgente de que debe replantear conceptos si quiere competir con los grandes. Si no mejora su solidez defensiva, su capacidad para mantener presión y su efectividad ofensiva, los enfrentamientos ante Barcelona seguirán siendo tormentas que dejan cicatrices.

