Aitor Córdoba despejando un balón ante el CD Leganés en Butarque. Álex Ortiz (Propias)

El Burgos visitó Mendizorroza en la jornada 14 de LaLiga Hypermotion para enfrentarse al Mirandés en un derbi atípico, marcado por el hecho de que los rojillos actuaban como locales lejos de Anduva debido a las obras de remodelación que está atravesando su estadio.
A pesar de esta circunstancia poco habitual, el encuentro terminó siendo un derbi de lo más reconocible, un partido muy igualado, de ritmo bajo y que terminó decidiéndose por pequeños detalles.

 

Partido frío y sin ocasiones de peligro 

El partido comenzó con un ritmo de juego bajo, en el que el Burgos mantenía la posesión del balón pero sin lograr generar ocasiones de peligro.

La primera llegada del partido llegó en el minuto 14 cuando David González probó fortuna con un disparo que se marchó por encima del arco defendido por Juanpa. 

Cinco minutos más tarde llegó la primera acción polémica del encuentro. Los blanquinegros reclamaron penalti después de una entrada de Martín Pascual, que fue al límite y tocó primero el balón y posteriormente la pierna de Morante. Sin embargo, el árbitro lo tuvo claro y dejó continuar el juego.

El Mirandés apenas estaba generando fútbol hasta que, cerca de la media hora de partido, dispuso de su ocasión más clara. Tras un gran centro a balón parado de Bauzá, Martín Pascual conectó un potente remate de cabeza y Carlos Fernández estuvo a punto de desviar el balón a escasos metros de la portería.

En el minuto 36, Sergi González vio la primera amonestación del derbi tras derribar a Alberto Marí en una acción que dejó una falta peligrosa para los locales. El propio Alberto se encargó del lanzamiento, pero su disparo se marchó por encima de la portería.

Fue en el último minuto de la primera parte cuando Juanpa tuvo que realizar una gran estirada para desviar a córner un disparo muy ajustado de Lizancos. Tras el saque de esquina, el árbitro señaló el camino a los vestuarios.

 

 

El Burgos demuestra la pegada de un aspirante a Primera División

La segunda parte comenzó con los mismos 22 protagonistas sobre el campo y con una tónica parecida a la de la primera mitad, un partido con muchas interrupciones, ritmo bajo y con un Mirandés cediéndole la posesión al Burgos.

Fue en el minuto 70 cuando llegó la primera ocasión de la segunda mitad: Juan Gutiérrez catapultó un saque de banda directamente el área que peinó Marí y acabó en un buen remate de Martin Pascual que exigió a Cantero a mandar el balón a saque de esquina.

El dominio de los Jabatos continuó en los minutos siguientes, con varios acercamientos peligrosos, pero fueron los burgaleses quienes encontraron recompensa en el minuto 83. Mario González, que apenas llevaba tres minutos en el campo, recibió un balón dentro del área tras un saque de esquina y lo mandó al fondo de la red.

Y solo 4 minutos más tarde cuando el Mirandés buscaba el gol del empate sucedió la acción que decantó el partido. En una jugada fortuita el balón impactó en la mano de Tamarit dentro del área y tras una revisión de VAR el colegiado señaló la pena máxima. Con el tiempo reglamentario agotado Mario no falló desde los 11 metros y anotó su segundo tanto de la noche.

Tras 6 minutos de añadido en los que no ocurrió nada destacable el árbitro daba por concluido el derbi castellano leonés.

 

Con esta victoria, el Burgos prolonga sus buenas sensaciones y se afianza en los puestos de play-off de ascenso, cinco puntos por encima del séptimo clasificado. El próximo domingo se enfrentarán al Racing de Santander en un duelo directo por la parte alta de la tabla.

Por su parte, Galván no pudo estrenarse con victoria a pesar de las buenas sensaciones mostradas por el Mirandés en la segunda mitad. El equipo rojillo, que continúa en puestos de descenso, visitará próximamente La Rosaleda para medirse al Málaga.