El futuro de Miguel Gutiérrez ya está decidido. El lateral izquierdo madrileño, una de las piezas clave del Girona en las últimas temporadas, pone rumbo a Nápoles en una operación que rondará los 18 millones de euros. El acuerdo entre ambas entidades se encuentra prácticamente cerrado y, salvo imprevistos de última hora, el futbolista se unirá en los próximos días al conjunto italiano, donde firmará un contrato de larga duración.

La negociación se ha desarrollado con rapidez durante los últimos días. El Nápoles, que buscaba reforzar su flanco izquierdo con un jugador de proyección ofensiva y garantías defensivas, encontró en el madrileño el perfil ideal. Según fuentes cercanas a la operación, el jugador ya habría dado el visto bueno a las condiciones contractuales: un vínculo por cinco temporadas y un salario que crecerá progresivamente durante su estancia en Italia.

El Real Madrid, presente en la operación

Miguel Gutiérrez durante un partido con el Real Madrid en 2021

Uno de los aspectos más llamativos del traspaso reside en el reparto económico. Cuando el Real Madrid vendió a Gutiérrez al Girona en 2022, incluyó en el acuerdo una cláusula por la cual se reservaba el 50% de los derechos económicos del futbolista. Este movimiento estratégico permite ahora al club blanco ingresar la mitad de lo que pague el Nápoles. Así, de los 18 millones de euros que dejará la operación, el Girona ingresará aproximadamente nueve millones, mientras que el Real Madrid sumará la misma cantidad a sus arcas sin necesidad de haber contado con el jugador en el primer equipo en las últimas temporadas.

Un adiós doloroso en Montilivi

Para el Girona, la salida de Gutiérrez supone un golpe deportivo, pero también una inyección económica relevante en un verano en el que el club necesita equilibrar sus cuentas y afrontar refuerzos. El lateral se había consolidado como uno de los intocables en la pizarra de Míchel, aportando solidez defensiva, salida de balón y profundidad por banda. En la última campaña disputó más de una treintena de encuentros oficiales, contribuyendo con goles y asistencias a que el Girona mantuviera su nivel competitivo.

El Real Madrid, por su parte, demuestra una vez más la utilidad de sus políticas de traspaso en la cantera. Al incluir porcentajes de futuras ventas en operaciones de jóvenes talentos, consigue beneficios millonarios sin que el futbolista tenga que regresar a Chamartín. En el caso de Gutiérrez, la jugada ha resultado especialmente rentable: un canterano que, tras formarse en La Fábrica desde los 10 años, deja beneficios notables al club poniendo rumbo a Nápoles.

Nueva experiencia en Italia

En Nápoles esperan a un jugador que llega con madurez competitiva y experiencia en la élite, pese a su juventud. El técnico Antonio Conte valora su capacidad para sumarse al ataque sin descuidar la retaguardia, así como su polivalencia táctica. La Serie A, más exigente en lo defensivo, será un reto para el lateral madrileño, que tendrá la oportunidad de crecer en un entorno de alta exigencia y con aspiraciones en competiciones europeas.

Miguel Gutiérrez pone rumbo a Nápoles dejando en Girona el recuerdo de un futbolista comprometido y de rendimiento inmediato. Para el Real Madrid, un acierto financiero; para el club catalán, un movimiento obligado; y para el Nápoles, la incorporación de un refuerzo que promete ser determinante. La historia de este traspaso es, en definitiva, la prueba de que el fútbol moderno se juega tanto en el césped como en los despachos.